BEATA ARCÁNGELA GIRLANI, VIRGEN

Su vidaArcángela Girlani
          Nació en Trino (Monteferrato-Italia) en la segunda mitad del siglo XV. Se llamó Leonor en el mundo. Sus padres se oponían a que abrazase la vida religiosa. La célebre Congregación Mantuana, que en inicios estaba en todo su esplendor, fundó un convento de monjas de clausura en Parma y en él, el año 1477, vistió el hábito Leonor, cambiando su nombre por el de Arcángela.
          Por su virtud y sus dotes naturales, fue elegida priora por la misma comunidad, cargo que aceptó por cumplir la voluntad de Dios. Fue desde entonces el refrigerio y el consuelo de todas las monjas y entre ellas la más humilde y servicial. A las enfermas consolaba con cariño maternal y les hacía consideraciones oportunas, animándolas a sufrir con resignación.
          Quince años llevaba residiendo en el convento de Parma, santificándose y santificando a sus religiosas con su buen ejemplo y la heroicidad de sus virtudes, cuando los superiores determinaron hacer una nueva fundación de monjas en Mantua y eligieron para piedra fundamental a la beata Arcángela.
          Con gran sacrificio obedeció al punto y, avezada a los caminos del Señor, en Mantua inicia la misma vida que seguía en Parma, por lo que pronto los habitantes de Mantua se percataron del bien que Dios les había proporcionado con el convento de las carmelitas. Las matronas, a porfía, llevaban a sus hijas, con el fin de que la Beata Arcángela las instruyera en los caminos del Señor.
          El efecto no se hizo esperar, pues siete de aquellas jóvenes tomaron el hábito y bajo su dirección, se santificaron en el claustro. Cuando después de penosa enfermedad se sintió morir, reunió a sus monjas para exhortarlas y darles a manera de testamento, sus últimos consejos. Expiró diciendo: “Jesús, amor mío, ten piedad de mí”.
          Era el 25.1.1495 y fue enterrada en el mismo convento de Mantua. Su culto inmemorial fue aprobado por el papa Pío IX el 1.10.1864. Su cuerpo se venera en la iglesia del Hospital de San Lorenzo de Turín. Su fiesta se celebra el 29 de enero.

Su espiritualidad
          Se distinguió siempre por su fervor y sus anhelos de perfección. Desconfiando de sus fuerzas, puso toda su total confianza en el Señor, a quien deseaba amar como padre más que temerle como juez. Esta confianza en Dios fue el secreto que le impulsó a cubrir todas las etapas de su espiritual carrera.
          Se propuso llevar continuamente la mortificación de Jesucristo y para esto se visitó de áspero cilicio; ayunaba frecuentemente a pan y agua, tomaba repetidas veces sangrientas disciplinas y se dedicaba a la oración y a la lectura de la vida de los santos. Con frecuencia era arrebatada en éxtasis durante la oración. Una noche de la Natividad de Jesucristo, cantados los maitines, permaneció en éxtasis hasta la hora de prima.
          Un viernes santo, descalzándose para ir a adorar la cruz, fue arrebatada en éxtasis y permaneció todo el día en él. Este amor de Dios se tenía que traslucir en el amor al prójimo y efectivamente era el consuelo de la ciudad de Mantua, ya que en sus reveses y desgracias acudían todos por remedio a la Beata Arcángela, consiguiendo por su mediación, toda clase de favores.

Su mensaje
          *Que los superiores sean los servidores de los hermanos.
          *Que crezcamos en el amor a nuestro carisma carmelita.
          *Que nos enamoremos más y más de la Santísima Trinidad.
          *Que vivamos con gozosa esperanza la vida futura.

 

Su oración
          Oh Dios que hiciste de la Beata virgen Arcángela una enamorada del misterio de la eterna Trinidad, concédenos, por su intercesión, gustar anticipadamente en esta vida el gozo de tu gloria y merecer después verte en el cielo. Amén.