SAN AVERTANO, CONFESOR

Su vida
          No son muchas las noticias que poseemos de la vida de este ilustre carmelita. Buena fuente de estas noticias, aunque muy parca, es el Catálogo de los Santos, escrito a finales del siglo XIV. Según él, nuestro Avertano nació en la diócesis de Limoges (Francia) a finales del siglo XII.San Avertano
          Con deseos de alcanzar la santidad y atraído por los buenos ejemplos de los carmelitas que  venidos de Oriente acababan de llegar a su patria, abrazó la vida del Carmelo como hermano de obediencia. Pronto llamó la atención por sus muchas virtudes, que ejerció en todos los conventos donde le tocó vivir.
          Fue a Italia y, con gran fama de santidad, visitó varios santuarios y obró el Señor, por su medio, muchos prodigios. Murió en Lucca en el siglo XIII, donde fue enterrado. Pronto acudieron a venera su sepulcro de toda Italia y de otras naciones porque el Señor obraba muchos milagros a favor de cuantos acudían a él. Hay pinturas muy antiguas alusivas a su entierro y a sus milagros.
          En el misal carmelita de 1514 ya se introduce su nombre como beato de la Orden. La Santa Sede aprobó su oficio de misa y breviario en 1672. Su vida va unida con la del Beato Romeo porque parece ser que el cuerpo de este último fue enterrado en el mismo sepulcro que el de San Avertano. Su fiesta se celebraba en la Orden el 25 de febrero hasta el Vaticano II.

Su espiritualidad
          San Avertano, a pesar de carecer de estudios, pronto supo asimilar el espíritu del Carmelo en su doble vertiente: contemplativo y activo. En aquel tiempo –los inicios de la Orden- estaba en toda su pureza y lozanía.
          Vivió también con generosidad la nota de mendicidad o peregrinación, que tan en boga estaba en aquellos años. El espíritu del camino o peregrinación fue trampolín desde el cual se lanzó a alcanzar la santidad. De él se sirvió también para llevar almas a Cristo, en su fecundo apostolado.

Su mensaje
          *Que estemos siempre con los oídos abiertos a la voz de Dios que nos llama.
          *Que el celo por las almas abrase nuestro corazón.
          *Que la fraternidad sea nota distintiva de nuestra vida.
          *que procuremos siempre caminar en la vida de la perfección.

Su oración
          Oh Señor, concédenos la gracia de poder imitar la vida perfecta que llevó el bienaventurado Avertano, tu confesor, bajo el patrocinio de la bienaventurada Virgen María del Monte Carmelo, y por su intercesión haz que podamos vivir en ella con toda perfección. Amén.