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BEATO DIONISIO DE LA NATIVIDAD, MÁRTIR
Su vida
Nació el 12.12.1600 en Honfleur (Normandía-Francia) y se llamó en el mundo Pedro Berthelot. Desde muy joven se entregó a la navegación por España, Inglaterra y América. En 1619 llegó a la India como cosmógrafo y almirante de los reyes de Francia y Portugal. El British Museum conserva unas Tabulae maritimae, confeccionadas por él, que demuestran su valentía y pericia en estas lídes de los mares.
Mientras se encontraba en Goa, trabó profunda amistad con el Padre Felipe de la Santísima Trinidad, carmelita teresiano, quien lo encaminó hacia la Orden del Carmen. Abandonando todo, vistió el hábito de carmelita y el 25.12.1636 emitía sus votos religiosos con el nombre de Fray Dionisio de la Natividad.
Fue un modelo de todas las virtudes. Viéndolo preparado los superiores, tanto en virtud como en ciencia, lo ordenaron sacerdote en 1638, entregándose de lleno al apostolado entre aquellos nativos. El embajador del virrey, Pedro de Silva, encomendó una delicada misión ante el sultán de Achén (Sumatra) a Francisco de Souza de Castro.
Como director espiritual y para que le ayudase en las dificultades del mar y del idioma malayo, se llevó consigo a Dionisio, a quien profesaba gran veneración. Padre Dionisio rogó fuera también con ellos el Hermano Redento de la Cruz. Felizmente llegaron a Achén el 25.10.1638. Aquí murió mártir de Jesucristo el 29.11.1638.
El papa León XIII lo beatificó junto con el Hermano Redento el 10.6.1900. Su fiesta se celebra el 29 de noviembre, unida para siempre con la de su compañero y hermano en el Carmelo y en el martirio Bto. Redento de la Cruz.
Su espiritualidad
Según testimonio del Padre Felipe, su vocacionista y director espiritual, el Padre Dionisio fue modelo de todas las virtudes para religiosos y seglares. Alma profundamente contemplativa, solía pasar muchas horas arrobado en éxtasis. En muchas ocasiones le vieron rodeado de resplandores mientras oraba.
Al llegar a Achén fueron acogidos con toda clase de lisonjas y beneblácemes, pero todo aquello eran fingidas demostraciones, ya que pronto toda la embajada fue hecha prisionera. Dionisio y Redento fueron torturados más bárbaramente que los otros cautivos. Al ver el sultán que sus propósitos de que abrazaran la fe del Corán no los podía conseguir, mandó que los torturasen del modo más cruel posible.
En la cárcel, Dionisio se privaba de lo necesario para subsistir por entregarlo a los demás. Por fin fueron condenados a muerte. Dionisio fue martirizado el último, accediendo a su propio deseo de poder confortar a los demás. Le mataron con un golpe de cimitarra en la cabeza, que se la abrió por la mitad.
Su mensaje
*Que sigamos en pos de Cristo con nuestra propia cruz.
*Que nos sintamos dichosos si no nos comprenden o persiguen.
*Que amemos e imitemos a Cristo ya María hasta la muerte.
*Que seamos para todos y siempre testimonio de fidelidad a Cristo.
Su oración
Dios todopoderoso y eterno que concediste a los mártires Dionisio y Redento el honor y la gracia de morir por el nombre de Cristo, infúndenos tu fuerza, ya que somos débiles y, a ejemplo de aquellos que murieron por ti con valentía, haz que sepamos mantenernos fuertes para dar testimonio de ti con nuestra vida. Amén.
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