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BEATO FRANCISCO DE SIENA, RELIGIOSO
Su vida
Nació en Grotti (Italia) a principios del siglo XIII. Sus padres, que eran nobles, se llamaban Mateo y Dorotea. Siendo todavía muy joven se alistó a la milicia, donde llevó una vida bastante relajada. En una encarnizada lucha en Santeano, que él ganó a los de Orvieto, quedó ciego. Creyendo que era un toque del cielo, se arrepintió de su mala vida e hizo promesa de peregrinar hasta Santiago de Compostela para recobrar la vista y recibir el perdón de sus pecados.
Allí obtuvo su doble curación y continuó su vida de peregrino a Roma, Bari y otros santuarios. Se retiró como eremita a una cueva donde pasó cinco años entregado a la oración y penitencia. El cielo le regaló con muchos favores, sobre todo el don de milagros y de profecía, y pidió ingresar en la Orden del Carmen.
Se construyó una angosta celda y allí se entregó a la más dura penitencia y perpetua vida de trabajo y oración. No solo de Siena sino de pueblos muy lejanos acudían a él para oír sus ardorosas exhortaciones y para pedirle favores. Con patéticas palabras explicaba su mala vida y los inmerecidos beneficios que había recibido de parte del Señor.
Lleno de méritos y dejando una brillante estela de santidad, murió el 11.4.1291. Cincuenta años más tarde su cuerpo fue exhumado y parte de sus reliquias fueron llevadas a Cremona. Se le llamó Franco o Francisco y se le ha confundido a veces, con otro Franco también de Siena, religioso servita, muerto en 1328.
Fue autorizado su culto por el papa Clemente X en 1670. Su fiesta se celebraba hasta el Vaticano II el 11 de diciembre.
Su espiritualidad
El historiador Juan Bale cuenta la vida de arrepentimiento y penitencia que llevó el Beato Franco. Todavía hoy se conservan en Siena instrumentos de penitencia usados por él: una cota de malla, un casquete par ala cabeza, un collar, una pequeña bola –que llevaba en la boca y que ha pasado a ser un símbolo iconográfico- y parte de la cadena con que se flagelaba.
Fue duramente tentado contra la fe, la castidad y otras virtudes, pero venció todas las tentaciones diabólicas con su fervorosa oración y rigurosa penitencia. Gozó de frecuentes apariciones del Señor, de la Virgen y de los ángeles como premio a su generosa vida. Buen modelo de la espiritualidad de la peregrinación y de la vida solitaria es nuestro Beato Franco.
Su mensaje
*Que luchemos continuamente contra nuestras pasiones.
*Que sepamos aprovechar los reveses de la vida para el bien.
*Que la oración y la mortificación nos ayuden a ser generosos con el Señor.
*Que seamos perseverantes en el buen camino empezado.
Su oración
Oh Dios, que perdonando manifiestas maravillosamente tu omnipotencia, concédenos propicio que, así como llevaste al bienaventurado Franco, carmelita, lleno de méritos, al reino de los cielos, nos concedas también a nosotros que, por sus méritos y oraciones, nos veamos libres de las calamidades de nuestros pecados. Amén.
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