BEATA MARÍA DE LOS ÁNGELES, VIRGEN

Su vida
         Nació en Turín (Italia) el 7.1.1661. Fue la última de los once hijos de los condes Juan y María. A los 14 años quedó huérfana de padre y, a disgusto de su madre, vistió el hábito en el Carmelo de su ciudad el 19.11.1675, cambiando su nombre de Mariana por el de María de los Ángeles. Hizo su profesión el 26.12.1676.María de los Ángeles
         Ya antes de ingresar en el Carmelo manifestó una singular disposición para conservarse pura y virtuosa. A los 13 años era su contento pasar horas ante el Santísimo Sacramento. Todas sus ansias eran de mortificarse, privándose en la mesa de lo más apetitoso; por la noche se levantaba para hacer oración.
         Su humildad y mansedumbre eran la admiración de todos; su caridad en palabras y acciones era de santa. A los pobres socorría dándoles cuanto tenía. En 1702 fundó un nuevo Carmelo en Moncalieri. La familia real la admiraba y consultaba en sus dificultades.
         Por medio de su fervorosa oración, obtuvo de la Santísima Virgen gracias especiales para la ciudad de Turín. Sus virtudes fueron la admiración de todos. Delicadísima en extremo en cuanto a la pureza, hizo voto de no mirar a nadie a la cara y no permitiendo que aún en sus enfermedades la tocaran. Practicó la pobreza con cariño, usando el hábito más pobre, la celda más incómoda y el peor jergón.
         Por convicción se tenía por la más inútil de la comunidad. Cuatro veces la eligieron priora y también maestra de novicias. Las monjas quisieron elegirla priora por quinta vez, pero ella contestó: “Pueden empeñarse en hacerme priora; yo me empeñaré con mi Jesús a ver quien puede más”. El mismo año asaltóla una fiebre devoradora y, conseguido el permiso para morir, miró al crucifijo y expiró dulcemente. Era el 16.12.1717. Fue beatificada por el papa Pío IX el 25.4.1865. Su fiesta se celebra el 16 de diciembre.
        
Su espiritualidad
         Se distinguió ya desde muy niña por su gran pureza, mortificación y espíritu de oración. Su espíritu de mortificación está condensado en la súplica que continuamente dirigía al Señor: “O dadme mortificaciones o hacedme morir”. En sus enfermedades siempre estuvo alegre y jovial.
         Su inocente cuerpo lo llevaba cubierto de cilicios. Escogida de Dios para participar de la unión que transforma en él, fue probada con sensibles arideces y tentaciones infernales, sintiendo repugnancia en practicar el bien, atormentándola el estar en desgracia de Dios, sufriendo por parte del diablo representaciones deshonestas o contra la fe.
         El mismo Señor la confortó para que no temiera y la Santísima Virgen la animó en sus luchas, mostrándole una túnica hermosísima que reservaba para ella. Hablaba de Dios con tanta suavidad y tiernas palabras, que encendía a las almas en el mismo afecto. Imitando a Santa Teresa, hizo voto de hacer siempre lo más perfecto.
         Los pecadores eran objeto de su caridad, alcanzando con sus oraciones notables conversiones. También se interesó por la paz de su patria. Fue agraciada por el cielo con el don de profecía y penetración de espíritu y el de apariciones y visiones, gozando con frecuencia la vista del Señor y de la Virgen.

Su mensaje
         *Que procuremos llenarnos de Cristo.
         *Que sepamos dar a Dios a las almas.
         *Que el amor de Dios ilumine nuestras oscuridades.
         *Que la oración sea lo que sostiene nuestras vidas.

Su oración
         Señor, tú que te complaces en habitar en los limpios y sinceros de corazón, concédenos, por intercesión de la Beata María de los Ángeles, vivir siempre en gracia ante tus ojos para que tengas en nosotros tu morada. Amén.